26 abril 2007

Un mal día...


MANIFIESTO POR EL PATRIMONIO LINGÜÍSTICO CANTABRO

Las asociaciones, colectivos y personas que firmamos el presente manifiesto lo hacemos movidos por el respeto hacia el patrimonio cultural y lingüístico autóctono de Cantabria, cuya pervivencia está en franco peligro.

Es un hecho histórica y filológicamente documentado, que en Cantabria evolucionó desde el latín, de forma particular, una realidad lingüística patrimonial emparentada con el tronco astur-leonés, adaptada y modelada durante siglos a una serie de factores, tales como el medio, clima, fauna, flora, etnografía o historia.

La variedad lingüística es un ejemplo de riqueza cultural y, como tal, merece ser objeto de especial atención en unos tiempos como los actuales, en los que por diversos motivos, la uniformidad cultural está creciendo a costa de la extinción de formas singulares e irreemplazables de comunicación social.

En este contexto, Cantabria posee un patrimonio original y diverso, actualmente operativo, pero sometido a un fuerte proceso de recesión, de manera que en poco tiempo podríamos asistir a su completa desaparición.

Creemos que es enriquecedor para el desarrollo del individuo en sociedad poder reconocerse cotidianamente en sus formas patrimoniales de expresión, todas igualmente respetables y valiosas, legarlas a las generaciones venideras y conservarlas como aporte especialmente significativo a la variedad cultural de la Humanidad.

En este sentido, la Carta Europea de las Lenguas reconoce la importancia del registro y conservación de la riqueza lingüística de un territorio, y es la misma Ley 11/98 de Cantabria quien señala esta realidad lingüística como parte integrante del patrimonio cultural inmaterial de nuestra Comunidad, con una extrema vulnerabilidad por su propia esencia y características.

Por todo ello, hacemos un llamamiento a la sociedad en general y a las instituciones en particular, para que apoyen y se impliquen de forma decidida en el estudio, promoción y divulgación de este legado cultural de singular valor, destacando en este aspecto la necesidad de su declaración como Bien de Interés Cultural, en tanto que supondría una obligación por parte de los poderes públicos de adoptar todas las medidas necesarias para garantizar su transmisión a las generaciones venideras.

18 abril 2007

No es lo mismu

No es lo mismu un palabreru que un diccionariu. De lu primeru tenemos asgaya y tuvía apaecen más vistiendo de novedá. Cuicía inútil por jacer lo que ya se jizo milentas veces: pocu y mal. El trebaju es siempre respetable, pero los sus resultados no y daque veces se jaz más dañu que bien.
Menos mal que bien luegu tendremos un diccionariu de verdá. Quiciás con menos palabras que dengunu, siguru que menos aparente que dengunu, pero bien jechu. Un trebaju que sedrá solera para espincipiar a acurriar todo lo estudiau hasta abora y que podrá ser gastau comu materia prima por todo el que quiera molestase.
Esperemos que los sus autores no se estén más y bielden los resultaos en unas semanas.

13 abril 2007

Miedu

Miedu sentí. Miedu asgaya leyendo a Mira Milosevich y la su reflexión sobre el nacionalismu en Kosovo (El trigo de la guerra. Espasa 2001). Cambiarin la historia, esborregarin los ligatos comunes y les dijerin que se odiaban dendi siempre. Las sus lenguas, religiones y treiciones que bían comparciau durante siglos se jicierin jilsos de identidá monolítica a manu para justificar matar y dejase morir.
Del miedu trespuse a la preocupación. Oigo en la mi tierra que vien genti forastera que mos quita la nuestra identidá, que no caltenemos las nuestras treiciones, que hay de jacer más por la nuestra cultura, que antes juimos más y mejores. La lengua por la que aquí escribo no escapa. Jue arrinconá por poderosos, humillá por políticos… el victimismu comu yelda del nacionalismu.
Miedu. Miedu que produz rabia y borra la galbana. Aquel de engarrase para que naidi mos engañe.
Jartá de identidá.

05 abril 2007

Parlantes

En último término, la palabra no la tienen los políticos ni los escritores, sino los hablantes
Lu diz Antón García en la su entrevista en la revista alcuentros. Escribe y vive en asturianu, pero tien claru que nada puei jacesi ensin los parlantes: la gente que caltién viva una lengua. ¿Óndi están los nuestros parlantes en Cantabria? ¿Cuál es la su visual? ¿Desisten realmente? Casi no sabemos nada de ellos: por edad, por pocu jallaízos, porque no medran... porque apaecen invisibles. Bríamos de pujar por conocelos mejor, por dales voz. Que mos digan hacia ondi podemos dir y si estu tien angún sentíu.