22 enero 2007

Tacho-Cao



Desiste el Tacho-Cao, desiste. No es un envento de los farolones de los americanos ni surde de la globalización. ¡Es la marca de cacao soluble de El Horno San José! ¡Tacho-Cao, se jaz en Torlavega!
Y lo que es mejor, lu jaz Los Jornos. Porque para munchos, El Horno San José tuvía es Los Jornos, aquellos que vinían con la furgoneta dendi el Besaya con el su coloñu chocolate, manjar para los niños ajambraos de posguerra. Un día podía comprase una onza o dos (si era fiesta y se bía vendíu angún jatu en la feria) pero los más bía de conformase con goler la furgoneta y aguantar el sinciu. Los más suertudos bían vistu la alacena tan hermosa ondi costodiaban las tabletas y lo cuntaban por lo bajín.
Abora venden Tacho-Cao en un ejemplu de adaptación a los tiempos. Nada más sentilu jui al mercau y compré un tarru para desayunar con la vaca rilocha de Tacho-Cao, el cacao de Los Jornos.

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