No se deja de esgrimir por parte de muchos políticos de las perniciosas consecuencias que tendría el promover nuestras hablas por lo que supondría de auge nacionalista. Según este esquema, a más conocimiento del montañés, más nacionalismo. Y con el nacionalismo, imposición de esa lengua: desde los rótulos de las carreteras hasta las escuelas, pasando por organismos públicos y demás. Un panorama desolador en el que el castellano quedaría marginado y la nueva lengua impuesta a la población.
Pero a poco que uno reflexione y se interese por ello, descubre que esta predicción es solamente una invención interesada. No sólo porque la situación real de las hablas de Cantabria impida gran parte de esas supuestas políticas de imposición (no existe ni gramática ni diccionario ni hay normalización ¿qué se iba a imponer?) sino porque se exageran las pretensiones nacionalistas. Que se declare como tal sólo existe un partido político en Cantabria, el Conceju. Asustan las ues a muchos pero en sus políticas de base (según recoge en su web www.conceju.org) el tratamiento del montañés es más que moderado:
El cuidado y fomento de la lengua es un derecho fundamental de los pueblos. Desde el CNC exigimos por parte de los organismos públicos un compromiso serio para su recuperación, estudio y reconocimiento.
Recuperación, estudio y reconocimiento. Se podrá estar en desacuerdo con el nacionalismo cántabro, pero está claro que acusarle de intentar imposiciones en materia lingüística es puro invento para asustar. Y cuando los de siempre griten ¡que viene el lobo!, sabremos que nos están tomando el pelo porque los lobos hace ya tiempo que están entre nosotros.
1 comentario:
Nada, solo para decir que tienes mail con archivo adjunto. A ver si te llega bien.
Por cierto, aunque la participacion de los lectores no sea apabullante, sigue posteando, que presta leer la vecera!
PD> El Copita al final no estaba ni tan mal, con ser comercial, pero al menos la gente era divertiu...
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