Somos los más remolones, pero que nadie dude que en cuanto se extienda el café para todos, Cantabria también reformará su estatuto. Un retoque por aquí, cuatro detalles por allá y ya no seremos menos que nadie. Cambios que serán menores en muchos aspectos pero que quizás puedan aprovecharse para exclamar ¿y qué hay de lo nuestro? Está claro que por debilidad manifiesta no podemos aspirar a que nuestras hablas encuentren un hueco en los primeros artículos del nuevo estatuto en los que se define la personalidad de nuestra comunidad (territorio, bandera, etc) , pero dentro del artículado quizás si encuentre un acomodo capaz de mejorar su defensa. Porque la mención actual en un apartado de un artículo de una ley es claramente insuficiente. Ni obliga a las autoridades ni fomenta nada, por lo que hace falta que nuestras hablas se redefinan como un patrimonio cultural que Cantabria debe preservar prioritariamente. No es condición suficiente, pero sí necesaria para garantizar su supervivencia.
30 mayo 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario