Ena radiu dicían hoy qu´el palaciu la Madalena acaba de jacer 100 años dendi que lu levantarin. Que si pa que viniera el rey, que si Bringas y Riancho, que si suscrición pupular... pero en esas qu´el locutor diz que va a entrar en antena una mojer que quier añidir daque cosuca. Es una señora mayor, de Nueva Montaña, ondi la su familia trabajó años jasta que esbalagarin aquellas casucas bajas de la fábrica. Y ella tuvía caltenía una medalla que dierin al su güelu por ber ayudáu con dineru a construir el palaciu.
Pero no jue quisiendo. De aquella les quitaban a los obreros de Nueva Montaña 5 pesetas del sueldu semanal pa costeá la obra. Ubligáos. Onque con diploma por participar, cumo a los críos enas carreras de sacos.
Gracias pol apunte, diz el locutor. Pero no es apunte, es la hestoria. L´aportación ubligá y las huelgas de canteros que retrasarin el proyeutu son más riales que Alfonso.
1 comentario:
No lo sabíamos, pero nos lo podíamos imaginar. El otro día escuché también en la radio un comentario jocoso sobre las duras condiciones laborales de la era de la industrialización. Estoy seguro que estas condiciones no eran ajenas a los que las padecían. Las sufrían, como nosotros sufrimos las nuestras sabiendo, al igual que ellos, entonces, de su injusticia. La clave es: ¿y qué? Lo sabían, ¿y qué? Lo sabemos, ¿y qué? Todo parece indicar que nada importa. Siglos dando vueltas a lo mismo. ¿Será condición humana, la explotación? ¿Será que todavía no somos suficientemente humanos, que nos merecemos algo mejor y que para alcanzarlo tenemos que esforzarnos en cambiar, en mejorar?
Saludos, Veceru, muy buenas entradas estas últimas,
Serrón
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