Asina, cuando se alleguen al altu de Sobrepuerto, a güen siguru habrá escomenzau a anochecer otra vez. Sombras espesas esquilarán comu olas por las peñas y el sol, escuru y esburriau, escrupíu de sangre, se arrastrará ante ellas apurruñándose a los escajos y al pilu de ruinas y escombrios de lo que, antañu, juera (antes de aquel fuegu que alcontró durmiendo a toda la familia y a todos los sus animales) la sólida Ca de Sobrepuerto. El que guíe el grupu parará al su lau. Mirará clisaucu el casar, la soledá inmensa y tenebrosa del lugar. Se presinará en silenciu y se estará a que los demás le alcancen. Y, cuando estén todos ajuntáos, juntu a los viejos jastiales de la casona alampáa, se arrecatarán al tiempu para ver comu la nochi encorona un día más las casas y los árbores de Ainielle, mientras angunu de ellos se presina de nuevu rutando por lo bajín:
- La nochi queda para quin es
- La nochi queda para quin es
Julio Llamazares. La lluvia amarilla
1 comentario:
Hum, literatura en montañés... ¿se atreverá alguien algún día?
¿A que no hay webs?
Publicar un comentario